¿QUIÉNES SOMOS?

Cuenta Diógenes Laercio que Tales de Mileto, el primer filósofo, se hizo rico merced a su conocimiento en predecir la próxima cosecha de aceitunas. Siempre parece una historia demasiado pragmática para ponerla de ejemplo: hacerse rico con la filosofía debe ser, en realidad es, algo triste. Al tiempo, esta historia hoy nos viene grande cuando saber filosofía se ha convertido en un asunto accesorio y prescindible al parecer para la vida. Así, Tales, y con él tal vez todos, ha perdido por partida doble: por un lado, porque ningún filósofo admitiría que los que, acertadamente o no, nos dedicamos a la filosofía tengamos intereses pragmáticos aún cuando tengamos nómina como profesores de tal materia; por otro, porque ya la propia realidad, y hace tiempo que el cultivo de aceitunas dejó de depender de condiciones climáticas, nos ha negado.

Sin embargo, seguramente equivocados, hay un grupo que creemos que aún Tales nos puede enseñar algo: primero, que la Filosofía -y que no en vano él inauguro, al menos según la tradición, frente al mito y la identificación acrítica con la realidad- es lo realmente humano; segundo, y no menos importante, que la Filosofía requiere una presencia social, hoy más que nunca, y esto implica que sus profesores se manchen del barro de la realidad.

 Por ello, ha nacido la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid. Tal vez tarde, pero al menos ahora.